lunes, 9 de marzo de 2009

Si me hubiera quedado en la cama no hubiera escrito nada.

Luna llena sobre el techo del asunto y yo me escapo de la cama y me subo a la bicicleta.
Haedo me avisa con su fresquito que el otoño ya esta mas cerca que ayer y me revela en mi cabeza que un calzado y un busito hubieran sido grandes compañeros en esta pedaleada.
Apoyo mi cola en el cordón de una calle que se llama “Alegria”, abajo mío las hormigas pasan laburando de lo lindo, todas juntas van y vienen por el cemento, llevando materia prima para construir sus ranchitos
Salí a pedalear buscando no se que cosa..
Salí a dar vueltas con mi bici porque mi cabeza me estaba haciendo explosión mientras las preguntas se iban sucediendo una tras otra sin dejar de parlotear sacudiéndome en mi calma.
Momentos de reacomodar la estantería, de ir cambiándole el rotulo de certezas a ciertas afirmaciones, de reafirmar otras tantas que cada dia siguen mas firmes. Certezas que hablan de la unión de todas las partes en busca del bien común, chismes que me cuentan sobre una cierta revolución a través de las sonrisas, alegrías que se me manifiestan desde el corazón.
Salí a pedalear porque me gusta sentarme en una esquina un lunes a las 3 de la mañana a ver que corno pasa en el ambiente, que sutiles energías se sienten en el aire mientras el resto duerme, mientras los árboles charlan entre si y se convierten en instrumento de viento que le pone la música natural a esta noche que transcurre bajo una bonita luna que me hace sentirme muy muy muy chiquitito.
Así que ahora estoy tranquilo, sentado en una esquina con mi bici y mi botellita de agua.
Me estoy haciendo amigo del movimiento, del cambio, del “aprender a desaprender que no es contradicción es remendarse”, como dice la canción. Avivándome de que la palabra “nunca” no es tan certera como tampoco es tan absoluto el “siempre”.
Y de todo eso me voy dando cuenta ahora, mientras lo vuelco del alma directo al papel, luego de meditarlo con los pedales, me hice buen amigo de esta manía de pedalearlo todo y luego escribirlo. Fluyo y me reinvento cada dia en este camino que es de todo menos recto, le hago caso solo al sentir y del resto aprendo todos los días, asumiendo el cambio como moderador de cualquier realidad basada en este movimiento del cual hoy hago apología..
Los días se suceden en este despertar dejando un aprendizaje sutil que voy captando a medida que dejo la modorra y el letargo.
Así sigo relajado mi paseo en bici, sonriéndole al pasto y charlando con un árbol.

2 comentarios:

  1. gracias flaco una re alegfria que haya gente ke tu buena onda que me ayude con mis fanzines , enserio.

    despues divulgo ke ese venden en frida y te alcanzo mas.

    abrazo!

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  2. ABURRIDOOOOO, haedo no tiene la culpa.el pobre tan lindo.

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