La noche media fresca, con sus mil estrellas. Pedaleando calles conocidas, algunos nuevos recovecos que hoy aparecen, que se suman a mi paseo galáctico de esta noche.
Perros, gatos, seres que curten y disfrutan la soledad y la paz de la noche, algún transeúnte colgado por alguna vereda, solitario, pensante, lo saludo y sigo pedaleando..
Silencios largos que cruzan la calle, el viento que fluye libre por la acera, como yo como esta noche. Libertad sobre 2 ruedas, simple placer que regala la vida.
La oscuridad me regala un techo limpio e incandescente, millones de estrellas desparramadas por los cielos infinitos que nacen y mueren a cada instante y nos demuestran en la cara lo ínfimos que somos ante tanta inmensidad, ante tanto universo.
Sigo pedaleando la vuelta a casa que me encuentra surcando bajadas, cargo mi botellita de agua en esa casa que esta sobre alvear, si si año 2008 y por el barrio quedan casas sin rejas que nos convidad pureza recién salida de la canilla, de la tierra al tanque de agua, del tanque a la canilla y de la canilla directo a mi interior que se refresca y se revitaliza con su gracia.
Agradezco lo simple del agua y sigo bajando para el lado de casa…
Me rió, me rió de existir, me rió de vivir, de compartir, de luchar, de sentir, de crear, de fallar, de soñar, de vivir, de fluir…
Sigo pedaleando en esta historia que se volvió mágica y no paro, tampoco quiero parar, es que no tengo porque hacerlo..
Hace no mucho tiempo descubrí que debo hacerme cargo de ponerlo comienzo y final a las cosas cuando yo lo decida, cuando el corazón así me lo manifieste, no cuando las obligaciones o las preocupaciones así lo demanden..
Es mi bici mi trinchera, es mi escape que da vida…
Son mis ratos del día en que el tiempo se convierte en un absurdo, donde no existen condicionamientos de ningún tipo para disfrutar, para hacer lo que a uno realmente le da la gana…
Perros, gatos, seres que curten y disfrutan la soledad y la paz de la noche, algún transeúnte colgado por alguna vereda, solitario, pensante, lo saludo y sigo pedaleando..
Silencios largos que cruzan la calle, el viento que fluye libre por la acera, como yo como esta noche. Libertad sobre 2 ruedas, simple placer que regala la vida.
La oscuridad me regala un techo limpio e incandescente, millones de estrellas desparramadas por los cielos infinitos que nacen y mueren a cada instante y nos demuestran en la cara lo ínfimos que somos ante tanta inmensidad, ante tanto universo.
Sigo pedaleando la vuelta a casa que me encuentra surcando bajadas, cargo mi botellita de agua en esa casa que esta sobre alvear, si si año 2008 y por el barrio quedan casas sin rejas que nos convidad pureza recién salida de la canilla, de la tierra al tanque de agua, del tanque a la canilla y de la canilla directo a mi interior que se refresca y se revitaliza con su gracia.
Agradezco lo simple del agua y sigo bajando para el lado de casa…
Me rió, me rió de existir, me rió de vivir, de compartir, de luchar, de sentir, de crear, de fallar, de soñar, de vivir, de fluir…
Sigo pedaleando en esta historia que se volvió mágica y no paro, tampoco quiero parar, es que no tengo porque hacerlo..
Hace no mucho tiempo descubrí que debo hacerme cargo de ponerlo comienzo y final a las cosas cuando yo lo decida, cuando el corazón así me lo manifieste, no cuando las obligaciones o las preocupaciones así lo demanden..
Es mi bici mi trinchera, es mi escape que da vida…
Son mis ratos del día en que el tiempo se convierte en un absurdo, donde no existen condicionamientos de ningún tipo para disfrutar, para hacer lo que a uno realmente le da la gana…
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