viernes, 16 de septiembre de 2011

Go perros!

Ese olor, la calma que emana, como si fuera un perfume que relaja mi situación. Ahí los dos, dando mil vueltas manzanas, desnudos de alma. Tu mundo y el mío, necesaria tregua, charlar largo y distendido. La baba, la extrañaba, las miradas que se quedan clavadas y provocan el milagro de que no haya que decir mas nada. Las ganas, acumuladas, percudidas de olvido, tapadas de vacío. Sentirlo, no poder expresarlo quizás muy bien, solo con gestos de piel, que escapan a cualquier vocabulario. Mil quinientas cuadras, una facilidad envidiable de estos dos seres para darle cuerda al mágico arte del habla, mucha cháchara, la verborragia que florece cuando en realidad uno tiene mas ganas de besar durante tres días seguidos que de dar las vueltas necesarias para que el momento sea el preciso. Y nada es mas preciso que el colchón para revolcarse de a dos, chuparse el mundo, sudar las heridas, alimentarse de dicha comunión, entre dos seres manifestando la libertad en una historia de a dos

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